Desde los preparativos al baile, pasando por la ceremonia y el banquete, en vuestra boda sucederán tal cantidad de momentos y emociones que parece increíble que todo ocurra el mismo día. Y cada fotógrafo tiene un estilo para capturar todo ello.
Por ejemplo, a algunos fotógrafos les gusta tener control total sobre lo que sucede, dar muchas indicaciones, pedir a la gente que mire a la cámara, que sonrían, o que incluso repitan algún gesto o momento que haya sucedido. Como podéis ver en estas fotos, no es mi estilo.
A otros les gusta montar focos y necesitan ayudantes para conseguir una fotografía más propia de un plató de Hollywood o de una revista de moda que de una celebración entre familiares y amigos. Aunque los resultados puedan resultar espectaculares, tampoco es mi estilo. Prefiero la naturalidad.
Finalmente, otros fotógrafos, entre los que me encuentro, intentamos captar toda la energía, emoción e intensidad de vuestra boda de la forma más natural, fiel, bonita y discreta posible.
Soy un invitado más. La mayoría del tiempo no vais a notar que estoy ahí. Pero creedme si os digo que, después de vosotros, soy quien más va a vivir vuestro gran día. Porque mi trabajo consiste en observar y capturar los momentos para contar vuestra historia.